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Les contaré algo que me ocurrió cuando era una niña de 9 años. Mi madre en ese tiempo se volvió hermana de las ánimas benditas del purgatorio, todos los lunes a las 9 de la noche les encendía una vela y les hacía una oración, pero tenía que ser puntual.
Un lunes que ella salió con mi padre, demoró en llegar; ese día estaba en mi casa con mis hermanos viendo televisión, decidí ir a mi habitación a estudiar un poco antes de ir a la cama. Recuerdo que ese día me recosté en la cama con mi maletín encima de mi abdomen y me puse a repasar la lección que tenía que rendir al día siguiente, cuando de pronto sentí y vi como la maleta que estaba encima de mi abdomen echada, empezó a levantarse solita hasta que se quedó parada, solo me quedé petrificada mirándola parada encima de mí y cuando decidí pararme de la cama para correr, la maleta voló hacia el otro extremo de la habitación como si alguien la hubiera arrojado con fuerzas. Salí corriendo a donde estaban mis hermanos y me dio una crisis de nervios, en ese momento llegaron mis padres y al contarle a mi mamá lo que pasó, indignada fue al lugar donde les prendía la vela y las regaño por haber hecho eso. De allí ya no recuerdo que mi mamá les volviera a poner vela alguna, solo me dijo que se despidió de ellas porque a veces ya no tenía el control.
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