Recordado con un asesino psicópata durante el siglo 19 en España, Manuel Blanco Romasanta confesó ser el asesino de varias víctimas. Este es el primer caso documentado en la historia de licantropía clínica, lo que lo hacía creerse que se trataba de un hombre lobo real. Romasanta fue conocido por todo el país como el hombre lobo de Allariz y es recordado como una verdadera bestia por los españoles.
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El hombre lobo de Allariz, la historia de Romasanta.
Se le conoce por haber asesinado al menos a trece personas durante el siglo 19, además de ser el único caso documentado de licantropía clínica. Para el cuerpo de seguridad español de la época se le hizo esquiva la detención de Romasanta debido a que se veían superados por el asesino. Pero no por su astucia para evadir la justicia, sino por lo vil y sanguinario de sus asesinatos. Las victimas favoritas del hombre lobo de Allariz fueron niños y mujeres y tan solo 16 años después de su primera víctima, fue que consiguieron atraparlo.
Manuel Blanco Romasanta era hijo de Miguel Blanco y de María Romasanta. Después de su nacimiento, fue bautizado en la pequeña aldea de Regueiro, Esgos, bajo el nombre de Manuela ya que se creía que era una niña. El hombre tan solo llegó a medir 1.37 cm de altura y sus facciones eran sumamente suaves, muchas denominadas como «tiernas» por ciertos especialistas. Romasanta tuvo una vida normal, trabajando como sastre hasta que el día en que su mujer falleció. Cabe destacar que él no tuvo ninguna participación en dicha muerte.
Desde ese entonces y con 24 años de edad, Romasanta comenzó a trabajar de vendedor ambulante, moviéndose por toda Galicia, lo que facilitó sus asesinatos. Es por ello que se creó el popular rumor de que vendía una especie de ungüento fabricado con grasa humana. En uno de estos viajes de negocios, se le acusó de haber asesinado a un oficial en las cercanías de Ponferrada, pero el hombre consiguió escapar de la cárcel y se refugió en un pequeño pueblo abandonado, donde vivió por meses conviviendo únicamente con el ganado que deambulaba por la zona
La historia sobre una captura del hombre lobo
Cundo se volvió a saber de él, el hombre ya había cometido más asesinatos. Sus víctimas; mujeres y niños. Tras durar años huyendo con éxito de la policía, Romasanta decidió que era hora de escapar de una vez por todas, consiguiendo salir de Galicia con documentación falsa. Fue capturado finalmente en Toledo y su juicio fue llevado en Allariz. Su captura no fue gracias a la policía; un grupo de jornaleros gallegos que habían viajado a Toledo para trabajar identificaron al hombre lobo paseando tranquilamente y sin dudarlo, no lo dejaron huir.
Las declaraciones del hombre, tras su arresto, eran por demás inquietantes. La que más resalta fue la que dio en uno de los juzgados de Allariz, en dónde decía que la primera vez que se transformó fue en la montaña de Couso. Ahí se encontró con un par de lobos grandes y feroces, pero antes de hacer algo, empezó a convulsionar hasta que, segundos después, era un lobo. Dijo que vagó con las bestias varios días, asesinando y devorando a varias personas por hambre… Un caso que ha servido de inspiración para varios relatos y novelas de terror con tintes góticos, sin duda, un caso fascinante.
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